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Cómo leer la Biblia y comprenderla realmente.

Todavía recuerdo la primera vez que intenté leer la Biblia por mi cuenta. La abrí por una página al azar, empecé en algún punto del Antiguo Testamento, y en pocos minutos estaba completamente perdida. Nombres que no podía pronunciar, reglas que no entendía e historias que parecían muy alejadas de mi vida cotidiana me hicieron cerrar el libro en silencio y preguntarme si era la única que no la entendía. Si alguna vez te has sentido así, no estás solo. Mucha gente se hace la misma pregunta: ¿cómo se lee la Biblia y se la entiende de verdad?


La buena noticia es que la Biblia no está hecha para intimidarte. Su propósito es guiarte, animarte y revelarte el carácter de Dios. El reto está en saber por dónde empezar y cómo integrarla a la vida diaria de una manera que resulte factible y significativa. Veamos esto paso a paso.

 

¿Por qué la Biblia puede resultar intimidante al principio?

Para la mayoría, la Biblia resulta abrumadora por su extensión y complejidad. Sesenta y seis libros, múltiples géneros y contextos culturales antiguos pueden hacer que parezca más un libro de texto que una fuente de aliento. Si a esto se le suma la presión de pensar que ya se debería saber leerla, no es de extrañar que muchos se rindan antes de empezar.


Pero esta es la verdad: la Biblia no se escribió para confundirte, sino para acercarte a Dios. A veces la sentimos distante porque esperamos claridad instantánea sin darnos tiempo para madurar. Piensa en ello como aprender un idioma nuevo. Al principio, las palabras suenan extrañas, pero con el tiempo, al seguir escuchando, practicando y participando, empiezan a tener sentido.

 

Consejos para empezar: Elige un Evangelio

Si te preguntas por dónde empezar, siempre recomiendo comenzar con uno de los Evangelios: Mateo, Marcos, Lucas o Juan. Estos libros narran la vida, las enseñanzas, la muerte y la resurrección de Jesús. Comenzar por aquí te sitúa en el corazón del cristianismo y te ayuda a comprender el resto de la Biblia a la luz del mensaje de Jesús.


Por ejemplo, el Evangelio de Juan es especialmente poderoso para quienes se inician en la lectura de las Escrituras, ya que enfatiza quién es Jesús y por qué vino. Leer un capítulo al día puede brindarte un ritmo constante sin resultar abrumador. Una vez que hayas leído un Evangelio, descubrirás que otras partes de las Escrituras comienzan a tener una conexión más natural.

 

Utilizar devocionales y aplicaciones bíblicas como herramientas

Vivimos en una época donde el acceso a los recursos es más fácil que nunca. Si abrir una Biblia física te resulta abrumador, empieza con una aplicación bíblica. Muchas aplicaciones te permiten crear planes de lectura, subrayar versículos e incluso escuchar versiones en audio mientras te desplazas. Esta flexibilidad facilita la constancia, sobre todo con una agenda apretada.


Los devocionales también pueden ser útiles porque te brindan contexto. Una breve reflexión junto con un pasaje puede abrirte los ojos a nuevas perspectivas y mantenerte motivado. Lo importante es no dejar que las herramientas reemplacen la Biblia misma, sino usarlas como guías que hagan tu lectura más accesible y relevante.

 

Escrituras acerca del poder de la Palabra de Dios

La Biblia se describe a sí misma como viva y activa, no solo tinta en papel. El Salmo 119:105 dice: «Tu palabra es una lámpara a mis pies; una luz en mi camino». Esta imagen refleja la intención de las Escrituras: iluminar las decisiones, las luchas y guiar el día a día.


Hebreos 4:12 va más allá: «Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón». En otras palabras, leer la Biblia no se trata solo de adquirir conocimiento, sino de transformación. Moldea nuestra manera de pensar, reaccionar y vivir.

 

Poniéndolo en práctica

Si te ha resultado difícil leer y comprender la Biblia, recuerda que no se trata de perfección, sino de progreso. Empieza poco a poco, elige un Evangelio, apóyate en herramientas como devocionales o aplicaciones y permítete crecer. Con el tiempo, la Biblia dejará de parecerte un libro intimidante y se convertirá en una compañera de confianza en tu vida diaria.


La próxima vez que lo abras, no te centres en cuánto lees, sino en conectar con el mensaje que tienes delante. Un versículo aplicado a tu vida puede ser más poderoso que leer capítulos que no recuerdas.

 

Reflexiones finales

Si alguna vez has cerrado la Biblia sintiéndote perdido, no estás solo. Pero no tienes por qué quedarte así. La comprensión llega con paciencia, práctica y la voluntad de seguir buscándola. Empieza con los Evangelios, usa las herramientas que tienes a tu alcance y deja que versículos como el Salmo 119:105 y Hebreos 4:12 te recuerden que la Palabra de Dios está viva y lista para guiarte.


Quizás te sorprenda lo rápido que empieza a tener sentido una vez que te tomas tu tiempo y le das cabida en tu vida diaria. Si esta publicación te animó, compártela con alguien que pueda estar pasando por lo mismo o deja un comentario sobre lo que te ha ayudado en tu camino para leer las Escrituras con confianza.


Santo Hecho


Lee a continuación: Aprender a orar y qué decir


Las citas bíblicas se han tomado de la Santa Biblia, Nueva Versión Internacional® (NVI®). Copyright © 1973, 1978, 1984, 2011 por Biblica, Inc.™ Usado con permiso. Reservados todos los derechos en todo el mundo.


 
 
 

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